Suena a
excusa tonta propia de estos tiempos de pijerío progre, pero lo voy a decir
igual: mis simpatías y afinidades con el PP son escasísimas, lo mire por donde
lo mire. Ni por ideas ni por prácticas ni por talantes ni por lo que han hecho
o hacen me siento cercano a ese partido, sino más bien a considerable
distancia. Tampoco voto al PP, aunque conozco a bastante gente que lo hace, y
bien está, es un partido más.
Lo
segundo es que creo firmemente que, por desgracia, son ciertas en su inmensa
mayoría las historias de corrupción que del PP se cuentan, y que poco me
extrañan, dados los dejes, estilos y viejos hábitos de esa derecha que se cree
dueña del cotarro y con derecho de pernada. Así que no me escandalizan ni me chocan las críticas
bien duras al PP y sus prácticas
Y ahora
la otra parte: no entiendo como hay tanta gente que sólo ve los problemas del
PP y en el PP. Si estamos contra la corrupción, estamos contra la corrupción,
que es como hay que estar, me parece. Pero si nada más que estamos contra la
corrupción de los otros, entonces lo que nos molesta no es la corrupción, son
los otros.
Estoy
hasta la boina de gentes que no ven más que para un lado. No es por comparar,
pero la suya es corrupción moral y supone el cáncer complementario de la otra
corrupción, la material. Es más, si no abundara tanto aquella habría menos de
esta, pues semejante maniqueísmo alimenta el y tú más como disculpa.
Ya no
voy a hablar de ese duelo de idiocias maniqueas entre PP y PSOE, sino de un
caso que me resulta muchísimo más curioso, el de CiU, con Mas, Durán, la
Familia y compañía. ¿Qué dirían los superprogres de pacotilla si los Pujol
fueran del PP? ¿Qué hablarían si el padre de Rajoy tuviera misteriosos dineros
en Suiza a su nombre, como los tiene el de Mas? Y así sucesivamente. Tengo
bastantes conocidos que braman de palabra y por redes sociales sobre los
escándalos de Bárcenas, y estoy de acuerdo, pero no entiendo por qué no dicen
nada de la sucia y corrupta y cutre derechona catalana. Mejor dicho, sí lo entiendo:
porque el nacionalismo catalán es progre por definición y los progres por
definición son menos ladrones que los del PP aunque roben igual o el doble.
No
habrá izquierda decente y presentable en España mientras no queden atrás los
rancios progres, que son unos pesados, unos incongruentes, unos frívolos y unos
tontainas útiles. Y está haciendo mucha falta una izquierda seria, mucha falta.
Si
alguien no entiende a qué o a quiénes me refiero, que no se pierda el domingo la
ceremonia de los Goya, supongo.
2 comentarios:
Bah, no se preocupe usted, que estos llevan acumulando mierda los unos de los otros durante 30 años para y por si llegara el caso y en la eventualidad de que la alternancia para robar no fuera suficiente.
Ahora funciona el ventilador y están inmersos en una carrera hacia la irrelevancia porque ven que lo de los turnos se acabo, que si alguien quiere robar algo mas, ahora o nunca y colóquese quien pueda.
Y ojo a los que vengan detrás, que aqui se va a saber todo y ya no se va a pasar ni una. A nadie.
En serio, tenga fe en mi capacidad analítica y confié en que el futuro solo puede ser mejor con respecto a estas cosas.
"Si estamos contra la corrupción, estamos contra la corrupción, que es como hay que estar, me parece. Pero si nada más que estamos contra la corrupción de los otros, entonces lo que nos molesta no es la corrupción, son los otros".
Es usted un genio describiendo España.
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