En la prensa de hoy, dos estupendos artículos sobre cómo se lo montan el PP y el PSOE. Con los matices de rigor en cada autor, por supuesto, pero los dos atinan en el clavo. Así que copio ambos.
¡Joder! Por Juan José Millás
Los partidos políticos reaccionan frente a sus corruptos como la Iglesia frente sus pederastas, quizá porque la Iglesia tiene algo de partido político, pero sobre todo porque los partidos políticos se parecen cada vez más a la Iglesia. No es fácil interpretar ese instinto perverso por el que el Vaticano protege a sus delincuentes y las formaciones políticas a sus malhechores, pues la realidad demuestra que esa actitud, a medio y largo plazo, provoca calamidades. Por si fuera poco, la factura la pagamos a escote. Cuando el PSOE de González cayó en las urnas, fueron sus votantes los más perjudicados. Los chorizos y los secuestradores y los asesinos a los que el PSOE protegió hasta extremos delirantes ni siquiera están ya en la cárcel. En cambio, a Aznar, que fue el beneficiario de la operación, tuvimos que soportarlo durante ocho años los ciudadanos de a pie de España (y los de Irak, muchos de los cuales están muertos).
Lo que los políticos llaman, de forma aséptica, "desafección de la ciudadanía", comienza a ser un estado de cabreo latente derivado de los privilegios que acumulan nuestros representantes. Usted no puede subvencionar a una empresa en la que trabaja su hija, sea o no legal. O hay subvención o hay hija. Usted no puede utilizar a un empleado público para limpiar su piscina. Usted no puede ser senador ni tesorero y acarrear maletines con billetes de 500 euros, aunque sean de curso legal, incluso aunque no tengan restos de cocaína, que lo dudamos. Si usted se quiere dedicar a la política, tiene que ser un estrecho, o sea, que ni trajes de Milano ni cestas de navidad ni ostias. Pero sobre todo, usted ha de permanecer atento a la pantalla, no para proteger al corrupto, sino para extirparlo. Un partido político no puede comportarse como una religión ni como una secta, joder, a ver si distinguimos.
Lo que los políticos llaman, de forma aséptica, "desafección de la ciudadanía", comienza a ser un estado de cabreo latente derivado de los privilegios que acumulan nuestros representantes. Usted no puede subvencionar a una empresa en la que trabaja su hija, sea o no legal. O hay subvención o hay hija. Usted no puede utilizar a un empleado público para limpiar su piscina. Usted no puede ser senador ni tesorero y acarrear maletines con billetes de 500 euros, aunque sean de curso legal, incluso aunque no tengan restos de cocaína, que lo dudamos. Si usted se quiere dedicar a la política, tiene que ser un estrecho, o sea, que ni trajes de Milano ni cestas de navidad ni ostias. Pero sobre todo, usted ha de permanecer atento a la pantalla, no para proteger al corrupto, sino para extirparlo. Un partido político no puede comportarse como una religión ni como una secta, joder, a ver si distinguimos.
"Gangs of New Spain". Por David Torres.
Pocas veces estará más justificado el título que ampara este basamento (sería exagerado y antiestético llamarlo columna) que en la presente ocasión, mientras el PP y el PSOE se lanzan a la cara sus muchos trapos sucios al tiempo que el país se hunde. A diestra y siniestra llueven las denuncias, las sospechas, los compadreos y mamonadas de las dos grandes bandas de gangsters infiltradas en los bajos fondos de la política española. ¿O quizá habría que escribir altos hornos?
En cualquier caso, al votante de a pie le atufa la impresión de que Bárcenas, Camps, Chaves y Saiz son tan sólo la punta del iceberg, los últimos descubrimientos de una forma de hacer política más propia de esas dictaduras del Caribe donde, como dijo Alvite con prosa maestra, la Constitución consiste en la receta de la piña colada. Prietas las filas, en Génova han aguantado a pie firme y con la nariz tapada por pinzas el inmundo chaparrón de bazofia que ha brotado de sus cañerías en forma de regalos textiles y tesoreros con vocación de contables mafiosos. Con toda la fontanería reventada, los trajes salpicados y el suelo pringado de heces, Rajoy ha decidido que aquí no ha pasado nada y que lo mejor es enchufar en dirección a Ferraz el ventilador de la mierda.
La antiquísima estrategia del «y tú más», duramente aprendida en el patio del colegio, ha dado sus frutos en el huerto andaluz de Chaves y en la pescadería neofranquista del CNI. Después de dos décadas de ejercer de señorito, Chaves -que comparte con su quasi homónimo venezolano algo más que las cuatro primeras letras del apellido- no está acostumbrado a que le desmonten el chiringuito rociero apenas cruza la línea de Despeñaperros. Y ha bastado una solo foto retocada para que Alberto Saiz, émulo de Hemingway gracias al dinero público, demuestre que la Inteligencia (con mayúsculas) española es un oxímoron.
Rajoy sigue al pie de la letra aquel consejo de El Padrino («ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos») y prefiere vivir en una casa minada, plagada de cadáveres en pie y de forofos del juzgado de guardia. A la gran familia unida del PP se enfrenta ahora la silibina camorra del PSOE, sintetizada en un nepotismo secular que regala contratos y cargos a dedo, a puro golpe de lazo consanguíneo. Al votante de a pie no le queda más que resignarse y esperar que algún día España desemboque en una empresa privada, un negociete familiar o mejor, un equipo de fútbol. Si nos ficha Florentino, lo mismo cualquier banco nos presta un crédito.
En cualquier caso, al votante de a pie le atufa la impresión de que Bárcenas, Camps, Chaves y Saiz son tan sólo la punta del iceberg, los últimos descubrimientos de una forma de hacer política más propia de esas dictaduras del Caribe donde, como dijo Alvite con prosa maestra, la Constitución consiste en la receta de la piña colada. Prietas las filas, en Génova han aguantado a pie firme y con la nariz tapada por pinzas el inmundo chaparrón de bazofia que ha brotado de sus cañerías en forma de regalos textiles y tesoreros con vocación de contables mafiosos. Con toda la fontanería reventada, los trajes salpicados y el suelo pringado de heces, Rajoy ha decidido que aquí no ha pasado nada y que lo mejor es enchufar en dirección a Ferraz el ventilador de la mierda.
La antiquísima estrategia del «y tú más», duramente aprendida en el patio del colegio, ha dado sus frutos en el huerto andaluz de Chaves y en la pescadería neofranquista del CNI. Después de dos décadas de ejercer de señorito, Chaves -que comparte con su quasi homónimo venezolano algo más que las cuatro primeras letras del apellido- no está acostumbrado a que le desmonten el chiringuito rociero apenas cruza la línea de Despeñaperros. Y ha bastado una solo foto retocada para que Alberto Saiz, émulo de Hemingway gracias al dinero público, demuestre que la Inteligencia (con mayúsculas) española es un oxímoron.
Rajoy sigue al pie de la letra aquel consejo de El Padrino («ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos») y prefiere vivir en una casa minada, plagada de cadáveres en pie y de forofos del juzgado de guardia. A la gran familia unida del PP se enfrenta ahora la silibina camorra del PSOE, sintetizada en un nepotismo secular que regala contratos y cargos a dedo, a puro golpe de lazo consanguíneo. Al votante de a pie no le queda más que resignarse y esperar que algún día España desemboque en una empresa privada, un negociete familiar o mejor, un equipo de fútbol. Si nos ficha Florentino, lo mismo cualquier banco nos presta un crédito.
7 comentarios:
El de Millas es nauseabundo, a la altura o la bajura de su sectarismo.
("Sectarismo" significa para los lectores de ciertos panfletillos "de la ideología mala, contraria a la mía").
(Otros hallazgos de los lectores illuminati: "Indigencia intelectual",
"Matrix progre", "Autor intelectual", etc. Decía el añorado Lázaro Carreter que el primero que llamó "flor" a su amada era un poeta, el segundo un plagiario, el tercero un idiota. Pero lo decía don Fernando, no yo, ¿eh?).
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Tristes los tienmpos en que nos sorprende que alguien afirme lo evidente...
Por cierto:
AHIVALAHOSTIA
(Es viejo, pero plenamente vigente, hoy me lo han vuelto a enviar.)
SERVIDORES PUBLICOS
El alcalde de Miami pide precios para pintar la fachada del Ayuntamiento, y le entregan 3 ofertas
(de un inglés, un alemán y un español).
La del inglés asciende a 3 millones de euros, la del alemán a 6 millones, y la del español a 9 millones.
Ante tales diferencias, se entrevista con los ofertantes, por separado, para que justifiquen el importe de la obra.
El inglés dice que él usa pintura acrílica para exteriores en dos capas, y que cuesta 1 millón; en andamios, brochas, equipos y seguros se va otro millón, y el otro millón restante es la mano de obra.
El alemán justifica su estimado diciendo que él es mejor pintor, que usa pintura de poliuretano con tres capas, cuyo costo asciende a 3 millones.
En andamios, otros materiales, equipos y seguros se gastan otros 2 millones, y el millón restante es la mano de obra.
El último, que es el que finalmente gana la licitación ya que el alcalde asegura que es el presupuesto mejor justificado, resulta ser la del español que le dijo: Mire Alcalde, 3 Millones son para usted, otros 3 para mí, y los 3 restantes se los damos al inglés para que nos pinte la fachada'.
ATMC, creo que deberás admitir que Millás es un tipo, en general bastante sectario, en el sentido de que para él todo lo que tenga tintes peperos es siempre y sin excepción compendio de todo mal sin mezcla de bien alguno. Cansa bastante su bigotonofobia, por ejemplo, y sobre todo no tiene ningún sentido ya: la estupidez de lo de que a Ánsar 'lo soportamos durante ocho años' los españolitos de a pie es de las de campeonato, por ejemplo. Al fin y al cabo, este individuo (me refiero a Millás, no a Ánsar) es un periodista destacado de un periódico destacadísimo, no un gacetillero de un panfleto de agit-prop. Jamás dice nada inteligente: le leo sistemáticamente los domingos, y todavía me falta la experiencia de ver un artículo suyo que se pueda tildar de ingenioso, ilustrado, brillante, atinado o certero. Es siempre previsible, vulgar, ñoñoprogre. Coñazo, en definitiva. Y te aseguro que escritores/periodistas bastante más de izquierdas que él no me suscitan una descalificación como ésta.
Pues serás el único que lee a Millás sistemáticamente los domingos, pues la única sección fija de aquél es la columna de los viernes. Ahora, que si te gusta leer los periódicos con dos días de retraso...
Y si a eso le sumamos que lees "sistemáticamente" a un columnista que no te gusta, y al que más bien, pareces despreciar... No sé, no serás un programa pepero diseñado para responder "sistemática" y arbitrariamente en blogs en los que aparezcan ciertas combinaciones de palabras (p. ej. "Millás"+"El País"+"Gurtel"+"Iglesia", etc.
No lo descartemos.
A ver, Esteban: muy ingenioso lo del programa pepero. Muy brillante. Si.
Lo que me pasma, sin embargo, es que un lector arquetípico (de los de manual) del País como evidentemente eres tú no se haya enterado de que TODOS los domingos hay un artículo bajo el epígrafe 'La Imagen' en que Millás se mofa de algo (generalmente cosa pepera). Léelo, léelo: dado tu obvio sesgo, vas a alcanzar éxtasis de placer.
Por lo demás, por supuesto que no sólo leo aquello que sintoniza con mi manera de pensar o que coincide conmigo. Es una manera de crecer, ¿sabes?. La tolerancia no se basa en la coincidencia con el igual (modelo de tolerancia muy usual entre los de tu bandería), si no en el conocimiento y la reflexión acerca de lo dicho por el que piensa de modo diferente. Así se puede evolucionar.
Madura, nene. Es una recomendación. Aunque sea robótica.
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