02 marzo, 2006

Kelifinder.com: te destrujillas de risa.

Lo siento, no he podido evitarlo. Primero oí en la radio la noticia de que el Consejo de la Juventud había abierto un portal para ayudar a los jóvenes a pillar vivienda. No le di importancia, pues entiendo que con algo deben matar el tiempo lo del tal Consejo, que es cosa de mucho postín y de indudable importancia social. Después supe que al portal de marras lo llaman Kelifinder.com y comencé a imaginarme a los chicos del Consejo ese, todos finos buscando un nombre que sea fácil de memorizar para cualquier joven desertor del arado. Pues es bien sabido que Keli es nombre usual de vaca cántabra y que cada vez que una se les pierde en la inmensidad de los pastos estivales corren todos to find la vaca, como dicen por esos andurriales pedregosos. Qué bien se lo habrán pasado los chicos del Consejo con lo del nombre, hija. Pero bah, pecata minuta, pensé, y seguí resistiendo la tentación de ir a fisgar en el dichoso portal.

Pero hete aquí que leo que la broma ha costado un auténtico pastón, financiados por el Ministerio de la Vivienda, y que ha sido presentado el invento con gran alharaca en el día de ayer. De modo que sucumbí. Anoche entré en www.kelifinder.com y sólo me hablaban de unas zapatillas y de que hay no sé cuántas decenas de miles de ellas esperando a los que vayan a buscarlas. Vaya, me dije, pues voy a ver cómo se consiguen, pues supongo que en las semanas venideras el que no tenga unas zapatillas Keli se queda fuera de la movida inmobiliaria. Había que pinchar en tu provincia para que te saliera dónde podías recogerlas. Pincho y pincho y allí no sale nada, y me canso. Así que trato de entrar en la página de inicio y me dice que está el servidor sobrecargado, tan grande ha sido el éxito de la ocurrencia. Me quedé a dos velas y meditando sobre quién habrá fabricado tantas zapatillas y que qué bien.

Esta mañana me he levantado con un objetivo claro para mi día: Kelifinder. Y hubo suerte. Parece que el servidor ya había descansado y logro meterme en el buscador de casas e informaciones. Pido al chisme que me indique las casas disponibles en León para ser visitadas en zapatillas. Cero. Claro, León es pequeño y aquí no le han cogido todavía el tranquillo a esta cosa los vendedores de casas y tal. Miro en Asturias. Cero. Ya mosca, miro en Madrid. Cero. Me paso a Barcelona, pues ya se sabe cómo son de despiertos allí. Cero.

Por fin caigo en la cuenta. Cómo puedo ser tan despistado. Claro, lo que pasa es que estoy navegando en zapatillas de andar por casa, de cuadros y eso. No calzo unas Keli. Es un servidor inteligente que te detecta los pies y que capta si llevas puestas o no las zapatillas de reglamento, la de joven buscador de casa con un estilo y una cosa. O tiene un sensor de canas y a mí me ha excluido con una patada virtual en el culo, dada, eso sí, con unas Keli bien chulas.

A esta ministra deberían ponerla a organizar la ceremonia de los Goya. Lo que nos íbamos a reír. Y qué barato.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Keli es una germanía, viene de la germanía Kel que significa casa, lo que pasa que los madriles son tan chulos que dicen keli, entre quinquis dirían Cote.

IuRiSPRuDeNT dijo...

Los desertores del arao, o los del vuelta al arao decimos "piso en una ciudad" no tenemos capacidad de abstracción que le vamos a hacer

Enrique Gallud Jardiel dijo...

Un blog muy divertido. Enhorabuena.

IuRiSPRuDeNT dijo...

jajjaja si es muy divertido gallud me ha hecho mucha gracia tu chiste sobre los derechos de autor, creo que ya lo había oido antes .... o era alguno parecido que versaba sobre la no existencia del holocausto nazi

Anónimo dijo...

¿Qué tendrán los post que quieren que reconozca un Holocausto?
¿Qué interés porque crea en gases y quemados?
Que insistentemente como un disco rayado
tratan de que me una a la causa de los justos
Oh cuánto son mis entrañas duras pues no lo creo
Que extraño desvarío si por mi incredulidad me espera el hielo frío de la cárcel
Cuantas veces en el blog me dicen
Anónimo únete a la verdad verdadera e indubitada
verás como tu dignidad y tu mente se aclaran
Y cuantas, haciéndo una higa,
"no creo a los judíos" (los asados en el Holocausto), respondía
para lo mismo responder mañana