15 noviembre, 2009

Santiago González dice verdades como templos

Me maravilla la entrada que viene hoy en el blog de Santiago González y que se titula "Una canta y otra no". Modestamente, alguna vez he querido expresar aquí ideas similares, aunque no lo haya logrado con esa claridad, esa contundencia y una ironía tan fina. Y conste que tampoco yo creo en ninguna religión o iglesia, ni siquiera en las verdaderas. Pero las cosas son como son y ya me dirá usted, querido multiculturalista equidistante y equipolente, si le molaría que su hermana se casara con un primo de Jomeini o del ayatollah de su barrio, más que nada para verla con sus derechos bien defendidos y su igualdad bien respetada. Hay que ver lo que algunos progres son capaces de hacer por las mujeres de otros y, sobre todo, por esos otros.

Lean, lean lo de Santiago González y me cuentan.

10 comentarios:

un amigo dijo...

¿"Verdades como templos"? ¡Bonita metáfora, pardiez, y polisémica! ¿Tan frías y tan vacías como templos, quiere decir? ¿O con tanto eco y tan poco contenido? ¿O que hayan albergado tanta discriminación cruel y arbitraria? ¿O tan bien cimentadas sobre crímenes y abusos sin cuento? ¿O tan bien financiadas con prebendas y latrocinios?

Comentaré sólo una cita literal del eximio: "Una de ellas es compatible con la igualdad de las mujeres, la otra no."

[Nota para aquellos a quienes no apetezca leerse todo el gazpacho averiado: la "una" a la que se hace referencia es el engendro denominado iglesia católica, la "otra", el engendro denominado islam].

La mentada compatibilidad la llevan muy bien escondida. La igualdad de las mujeres ha brillado por su ausencia en la entera historia de la puta de Babilonia. No abundemos sobre el Concilio de Nicea; simplemente miremos el tiempo presente, donde la mujer tiene negado el acceso al sacramento del orden sacerdotal, y por consiguiente a los órganos de gobierno. Y tiene prohibido el acceso a prácticas elementales de salud reproductiva.

Esa "una" que González está ensalzando comparativamente no "es" compatible con nada civilizado, y lo ha demostrado en flor de ocasiones. Ha sido arrastrada a esa "compatibilidad" actual gritando y pataleando como una loca desencajada ... ha sido arrastrada por la sociedad civil, desde tiempos de la Revolución Francesa, y se ha intentado oponer a esa compatibilidad con todas las malas mañas y las violencias que ha podido. Compatibilidades a la fuerza son de poco mérito.

¿A qué viene este deplorable lacrimeo sobre las religiones con retórica a la Capitán Trueno? (el articulista ha visto el trapo rojo de la socialdemocracia*, y embiste). Cuando la diferencia no está en las religiones (¿pero qué se puede esperar uno de alguien que dice tener la verdad revelada? ¿qué compatibilidad ni qué niños muertos?): está en las sociedades. En "uno" de los casos, el desarrollo político y jurídico de nuestras sociedades ha obligado a la iglesia predominante a retirarse -más o menos- a sus covachas, en el "otro" caso la sociedad es un cero a la izquierda (como lo era entre nosotros ibéricos hace medio siglo, sin ir más lejos).

Ahí les duele a los teóricos de la "no sociedad" (según famosa expresión de la Perra de Hierro). Una de dos, o se alza una barrera selectiva contra el islamismo (lo que parece pedir la reacción, y así se mete en los ridículos donde se está metiendo, véase la payasada del pañuelo que daba origen al pobre suelto de Rivas y al artículo pésimo de González) o se construye de veras una sociedad laica, que reduzca legalmente a todas las religiones al mismo rinconcillo de inconsecuencia. Entonces, no sólo llegará el ay por los pañuelos, sino el ay por las horas de religión, el ay por los colegios concertados, el ay por los sueldos de los adoctrinadores de religión, ... Será la hora en la que se le pida al Vaticano pronunciarse sobre qué desea, si ser tratado como estado o como religión. No me parece -a lo mejor me equivoco, ¡qué gran placer sería!- que el articulista se auspicie este viento fresco de laicismo.

Mientras tanto, que se quede con sus "verdades" como templos, y con sus análisis de tres al cuarto desbordantes de falacias lógicas y de facilonería populista.

Dicho sea con la máxima sobriedad posible a estas horas de la noche: malditos sean todos los monoteísmos. Mucha salud,


*Da risa la invectiva a la socialdemocracia. A la pandilla liberal lo único que les molesta de la socialdemocracia es que actualmente tenga el poder, por no tenerlo ellos. Con minimísimas diferencias de fachada, la socialdemocracia juega al mismo juego ideológico que los liberales. Véanse si no los favores derramados en las dos últimas legislaturas sobre la iglesia.

un amigo dijo...

Y una observación específica para el anfitrión: ¿nos molaría que nuestra hermana se casase con un kiko de combate, a disfrutar con todos los embarazos que mande dios y a cantar a voz en cuello insensateces desafinadas? ¿o con un jerarca del opus dei, a sacarle brillo a la plata del comedor donde se van a cerrar negocios nefandos?

Comentario desafortunado, desafortunado, tres veces desafortunado.

El horror -que puede entrar en familia, o en la comunidad de propietarios, o en el consejo de departamento- no está en el color que tome la obcecación, sino en la obcecación misma.

Salud,

Daniel Vicente Carrillo dijo...

No te escapes, amigo, que aquí te quiero ver, si es que tienes arrestos para debatir y defender lo que con tan florida prosa has escrito. Son dos tesis las que sostienes:

1) Que la Revolución francesa civilizó y apaciguó -a bastonazo limpio- a la Iglesia católica, cuando en realidad causó la mayor reacción religiosa en siglos: la de los De Maistres, Chateaubriands, Corteses y demás.

2) Que allí donde la sociedad civil no está tutelada o reprimida por la casta sacerdotal (monoteísta, precisas), las mujeres son indefectiblemente más libres, más dignas y alcanzan una consideración generalizada; y que donde lo está, las sombras se ciernen sobre ellas por igual.

Yo quiero pensar que lo tuyo es fanatismo, o arrebato momentáneo, y no supina ignorancia. A continuación se verá.

Firmado: El Gigoló de Babilonia.

un amigo dijo...

Buenos días, irichc,

le propongo dos opciones alternativas, escoja Vd.

1) relea cuanto he escrito, y compárelo con atención con su propio mensaje. Estoy seguro de que logrará extraer las tesis de lo que escribí, ¡no es tan difícil, caramba! Y seguimos hablando.

2) vaya al artículo de González, disfrútelo, y difúndalo a su familia y a sus amigos. Alo mehó meh kivokao yes berdaderamente mu bueno, sabe. Ánimo, y a gozar la vida, que son dos días.

Salud,

Daniel Vicente Carrillo dijo...

No esperaba más.

Visto queda.

Saludos.

Carmen dijo...

Me resulta chocante que a una persona incapaz de luchar por sus libertades, se le permita ejercer para defender los derechos de otra. En realidad me horroriza la idea, oiga.

Un cordial saludo.

Rogelio dijo...

Pues nada amigo, puestos a comprobar la equidistancia del entorno hacia un autor dado escriba líneas tan bien llevadas, argumentadas, inteligibles e inteligentes como las que aquí ha expresado en algún medio de algún pais de esos que estamos pensando.

En cuanto al ultralaicismo le propongo lo mismo, ponga un plazo de digamos 50 años para desprogramar absolutamente a una sociedad de 1500 años de adoctrinamiento.

Bájese al moro y proponga una hoja de ruta, de forma que en el año 2060 no quede resto, ni rastro público alguno de Alá, de Mahoma o de una prima suya de Cuenca.

Luego si quiere nos hacemos unas risas con lo que le hayan dicho o hecho.

un amigo dijo...

Estimada Carmen,

no doy crédito a lo que leo implícito en su sobresalto y su horror.

"Me resulta chocante que a una persona incapaz de luchar por sus libertades, se le permita ejercer para defender los derechos de otra. [...]"

Llevaría, en rigor de lógica, a expulsar del Colegio de Abogados a todos los letrados católicos, protestantes de varias denominaciones, testigos de Jehová, mormones, hebreos y musulmanes. Y a alguno que otro más.

¡Caramba!

Con la misma cordialidad, tanta salud,

Carmen dijo...

Hombre, un amigo, voy a intentar expresarme con más claridad, veremos si lo consigo.

Veamos, si soy víctima de una agresión sexual y tengo que contratar a un abogado, es evidente que, no encargaría mi defensa a un musulmán y si pudiera elegir juez procuraría que tampoco perteneciera a secta alguna (léase religión). No es que sea supersticiosa o algo parecido, pero por si acaso, oiga.

Quiero aclarar que no es preciso expulsar del Colegio de Abogados a los sectarios, simplemente no los contrataría. En caso de que el protagonista de la agresión sexual sea usted en lugar de yo (lo cual, preferiría sin duda alguna) puede escoger a uno de ellos.

Un cordial saludo.

un amigo dijo...

Estimada Carmen,

gracias por la aclaración, y por la sincera expresión de sano egoísmo.

Inciso. Las agresiones a dos individuos diferentes que ni se conocen ni viven en la misma ciudad son sucesos casi perfectamente independientes, así que puedo desearle de todo corazón que se vea libre de cualquier agresión, sin que ello perjudique mis probabilidades personales.

Y a lo que nos ocupaba. Rebajada la expresión del no "permitir" (deóntico, colectivo), al no "escoger" (individual, informativo de decisiones), me adhiero también sin problemas. Y no sólo para el abogado: para el médico, el taxista, y el lechero. Las creencias en leyes reveladas, fisiologías reveladas, itinerarios revelados y yogures revelados me dan un repelús que ni le cuento.

Cordialmente, le deseo salud,